Microrrelatos Científicos

¿Qué es el microrrelato?

La extensión, su clasificación genérica o incluso su denominación son cuestiones que todavía no ha logrado consensuar la crítica. Probablemente, es por su reducido tamaño que resulta tan escurridizo el micorrelato (o microficción, o microcuento, o cuento corto, o short-short story, o minificción, o cuento brevísimo). Algunos críticos prefieren clasificarlo como un subgénero dentro del cuento y otros le confieren ya la categoría absoluta de género, extremadamente abierto a interpretaciones y de características ambiguas, lo que siempre supone una grata cualidad literaria.

Un artículo que puede resultar útil para acercarnos al microrrelato es el que publicó el profesor de Periodismo Pedro de Miguel en el periódico El Mundo. En pocas líneas De Miguel dibuja el contexto histórico, nombra autores, investigadores y hasta da definiciones de este género no género.

 

Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí. Augusto Monterroso.

Enlace al artículo 

 

¿Cómo preparar un microrrelato?

 

“Texto narrativo que no excede las veinticinco líneas”. (Ana María Shua)

“El microrrelato es un texto narrativo en prosa, de una cuartilla como máximo, que pretende contar una historia, o más de una, a través de la focalización de una sola de sus partes”. (Jesús Esnaola)

“Es un relato relámpago donde la intencionalidad desborda el texto y es más lo que sugiere que lo que dice”. (Orlando Van Bredam)

“Es una inmensidad hecha de ausencia”. (Orlando Romano)

“Se parece a un iceberg: sólo se ve la décima parte, lo más importante no se muestra al primer intento”. (Laura Nicastro)

La ciencia en el microrrelato

 

Cambio climático

Bajo al piso tercero y monto en la barca. Remo con fuerza hasta la avenida y me sumo a los otros. En la plaza del obelisco extendemos la red y entonamos nuestros alegres cánticos. Ante nosotros hierve el agua de capturas. Pero en el cielo surge de nuevo esa horrible mancha azul.

Pablo Gonz

Naturaleza

Cuando el último mamut cerró los ojos para siempre, no fue consciente de que su muerte implicaría el final de una especie. Tampoco la última gacela saudí ni el único lince ibérico pudieron preverlo. El último homo sapiens, intuyéndolo, no quiso creerlo.

Belén Lorenzo

Manzana

La flecha disparada por la ballesta precisa de Guillermo Tell parte en dos la manzana que está a punto de caer sobre la cabeza de Newton. Eva toma una mitad y la ofrece la otra a su consorte para regocijo de la serpiente. Es así como nunca llega a formularse la ley de la gravedad.

Ana María Shua

Euclidiana

En una ciudad actual la distancia más corta entre dos puntos no es la recta: es el zigzag que nos evita los semáforos.

René Avilés Fabila

Cálculos renales

¡Cuánto sufrí para poder arrojar la primera piedra!

Agustín Monsreal

Sin título

El hecho -particular y sin importancia- de que no lo veas, no significa que no exista, o que no esté aquí, acechándote desde algún lugar de la página en blanco, preparado y ansioso de saltar sobre tu ceguera.

Wilfredo Machado

3D

Lo primero que hizo al recibir su nueva impresora 3D fue imprimir un nuevo mundo, una réplica exactamente igual del planeta en que vivía. La copia era de tan buena calidad que al día siguiente ya se apreciaban conflictos armados.

Javier

Matemático frustrado

Murió sin hallar la raíz de sus problemas.

Adel

El científico lo consiguió

Primero robó los tejidos de un ejemplar de hace cien años, conservados en etanol en el Museo Victoria de Melborune, después extrajo su ADN y, finalmente, tras largas investigaciones, consiguió fertilizar el útero de una loba. Lo había hecho él solo, en la clandestinidad, al margen de consideraciones éticas o jurídicas. Después de casi treinta años de extinción, había visto “renacer” al primer ejemplar de Tigre de Tasmania. Lo había criado con mayor esmero que a su propio hijo. Por eso, cuando la asociación de cazadores le concedió el primer premio, no pudo contener la emoción.

 

Consejos para escribir microrrelatos

 

Dolores Koch, investigadora

Enlace al texto completo de Koch

  1. Utilizar personajes ya conocidos.
  2. Incluir en el título elementos propios de la narración que no aparecen en el texto del relato.
  3. Proporcionar el título en otro idioma.
  4. Tener por desenlace rápido un coloquialismo inesperado o una palabra soez.
  5. Hacer uso de la elipsis.
  6. Utilizar un lenguaje cincelado, escueto, a veces bisémico.
  7. Utilización de un formato inesperado para elementos familiares.
  8. Utilizar formatos extra-literarios
  9. Parodiar textos o contextos familiares
  10. Hacer uso de la intertextualidad literaria

Fuente:

Taller de microrrelatos científicos

Ester Berdor para la VI Jornada de Divulgación Científica de la Universidad de Zaragoza

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