Un telescopio astronómico posee una parte central, el dispositivo óptico encargado de captar las imágenes y, o bien registrarlas y analizarlas, o bien prepararlas para su observación por el ojo humano. Pero la parte óptica del telescopio requiere apoyarse sobre un dispositivo mecánico robusto y preciso que permita apuntarla hacia el firmamento y mantener la dirección de apuntado en el curso de la observación. Ese sistema mecánico recibe el nombre de montura.
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Telescopios refractores y reflectores
Monturas
Monturas ecuatoriales
Son las más usadas con pequeños telescopios. Tienen un eje alineado con el polo celestial terrestre, es decir paralelo al eje de rotación terrestre, por lo que el seguimiento de un objeto astronómico tan solo necesita de un movimiento de rotación alrededor de ese eje que compense la rotación terrestre.
Monturas altazimutal
Son las preferidas para grandes telescopios habida cuenta de que son más económicas y fáciles de fabricar que las ecuatoriales. Tienen dos ejes alrededor de los cuales puede rotar el telescopio. Para mantener un objeto astronómico en foco es preciso que el telescopio rote a ritmos variables alrededor de ambos ejes con el fin de compensar la rotación terrestre, para lo que se utilizan sistemas de guiado computerizados.